miércoles, 31 de marzo de 2010

Obsession

Capitulo II: Un pañuelo rojo.


Faltaban dos días, tan desesperada&ansiosa. Sentí que era un sueño, imposible pero por momentos quería que se terminara de una vez, sentí que podría enamorarme de él o como cuando tenía 12 años, pensé que el se podía enamorar de mí.

Eran las 4am, no era insomnio era costumbre, mi mamá estaba acostumbrada a que salga a esa hora y me valla algunos de mis cuantos refugios, eran cercanos. Después de todo luego de 12 años de inseguridad y corrupción alguien serio tomó la presidencia, desde hay en adelante la gente podía salir sin miedo, sin que te asalten, secuestren o maten. Era realmente cruda la verdad no?

Quiero creer que algún día él sea mi mejor amigo y compongamos canciones juntos, yo toco la guitarra y el piano, siempre soñé en poder llegar a Los Ángeles con mi música, desde los 11 años que toco la guitarra y el piano talvez el piano desde más chica pero la verdad no me acuerdo de nada en este momento. La música siempre fue mi adicción.

Me levanté de mi cama, estaba lloviendo, apagué la laptop estaba haciendo un trabajo para la clase de Ciencias Sociales – lo cual odio más que a Lengua-. También estuve escribiendo en mi blog bueno mi hipótesis sobre eso era “lo escribes nadie lo lee” entonces me sentía confiada de que mis historias y canciones nunca nadie las leería, que estarían guardadas en una página sin sentido alguno. Claro que me costaba entender que alguien leyera las novelas, canciones y frases que nunca fueron dedicadas, que nunca fueron de nadie. Bueno como les decía agarré las llaves, el celular y el ipod y me fui, prácticamente me escapé; necesitaba pensar.

El aire helado que existía en ese momento era confuso, callado, calido y a la vez una ola de pensamientos. Luego de veinticinco minutos me gasté cada idea loca que podía existir en mi mundo. Respiré hondo y pensé en lo que paso, lo repasé, una sonrisa y una lágrima salieron al mismo tiempo e iluminaron mi rostro. Sabia que esta felicidad no iba a durar para siempre, pero había que disfrutarla. Luego recordé que era la misma felicidad que recuerdo de la primera vez que escuché a mi banda favorita “Guns and Roses”. La misma emoción.

De repente despierto del mundo y siento un miedo incontrolable, como si alguien me vigilara. Yo estaba sentada en un banco, el mismo de cuando conocí a Justin. Miré para todos lados pero no había nadie, me paré y empecé a caminar, de repente veo una sombra oscura cerca de una arboleda empecé a acelerar el paso, era oficial me estaban siguiendo – en tiempos de inseguridad, cuando tenia a mi hermano el me protegía era todo para mí. Nos cuidábamos uno al otro- empecé a correr (creo que fue la reacción más tonta de mi vida), alguien que no reconocí empezó a correr detrás de mí. Solo supe que buscaba dinero, lo aprendí gracias a mi hermano eran como las “maneras de atacar”. Corrí solo corrí, el o ella corría detrás de mí. Tuve pánico esa fue mi reacción, solo correr. De repente algo me agarra y me jala hacia la puerta de un auto. Cerré los ojos, pensé que mi vida estaba finalizada, que talvez me habían secuestrado, que los doce años de inseguridad habían vuelto sin dar aviso. Finalmente abrí los ojos, vi borroso, recuperé mí totalmente la vista y vi un chico con gafas y un buzo blanco con capucha, tenía pelo castaño claro. Sonrió, me di cuenta había caído sobre sus piernas, que vergonzoso. Me levanto y me sonrió nuevamente. Yo estaba confundida ¿quién era ese chico? ¿Qué quería? Yo estaba confundida todavía no había terminado de comprender, se sacó los lentes, pelo castaño claro, ojos café, una hermosa sonrisa era… Justin?... si era él. Me reí disimuladamente y sonreí:

- Que haces aquí?

El sonrió pero no contestó.

- Bueno, gracias sigo sin entender nada de esto pero me alegra de que me hayas salvado a tiempo.

- Estas bien?

- Si, ahora si. Gracias

- No hay de qué. Que haces a estas horas de la mañana?

- Es una costumbre – le sonreí – y vos?

- Recordá que en Canadá son las 8am

- Claro… y tus papparazzis?

- En Venezuela…

-

Nos quedamos hablando en el auto, le conté de mis adicciones él de las suyas. Tenía vidrios polarizados, su chofer manejaba. Nunca recordé que hora era, solo quería estar con él.

- Queres venir?- me preguntó

- A donde?

- No te lo voy a decir- me guiño un ojo, no supe que decir pero donde él quiera ir yo estaba dispuesta a acompañarlo.

- Claro- sonreí intrigada- espérame que hago un llamado

Llamé a mi mamá, ya le había contado lo de antes de ayer y como nunca le mentí, me dio permiso. Luego de eso le dije a Justin que me dieron permiso para salir con él. Luego sonrió y me puso un pañuelo rojo en los ojos (no supe porque) y empezó la aventura, el auto se empezó a mover. Durante el viaje en un momento él paso su brazo por mi hombro, dejé que lo haga y hay lo dejo. Mi felicidad era incontrolable. El momento más feliz de mi vida, el segundo. Pero en fin un sueño echo realidad. Nunca me imagine que podría estar en un auto con uno de mis ídolos mas grandes.


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